Opinión de Juan Tena sobre Ediciones Atlantis: "Un hallazgo inesperado"

Supongo que todos los escritores comenzamos nuestra particular novela personal con el mismo o parecido párrafo: «Comencé a buscar una editorial que quisiera publicar…». Pasado el tiempo, largo por lo general, damos paso al segundo párrafo: «…lo sigo intentando, como el encontrar un agente literario, pero de momento nada: ni una cosa ni la otra…», Y así una vez y otra y otra. Después pensamos en la autoedición, pero inmediatamente surge una pregunta muy difícil de responder: ¿De qué modo, si acudo a la autoedición, puedo saber si mi obra tiene calidad o no. Si puede o no interesar a los lectores? Me dije que con la autoedición no, desde luego. Es necesario tener un referente, alguien dedicado profesionalismo al mundo del libro y a la literatura que puede enjuiciar tu obra e indicar, de acuerdo a su opinión experta, si ese manuscrito es o no bueno, y eso solo se logra cuando la obra es leída por un editor o un agente. Así pues en mi caso, como en muchos otros, supongo, seguí buscando y buscando. Eso sí, nunca hay que rendirse.
Recibí ofertas de coedición de algunas editoriales, pero aún así preferí seguir el camino clásico de buscar editorial y agente literario.

Hasta que conocí a Atlantis. Fue un autor de la editorial el que me habló de ella. y cómo él había publicado su novela. Uno de los días que tenía que acercarse a la editorial para hablar con el editor le acompañé, previamente y por si surgía la ocasión, me eche al bolsillo mi último manuscrito. Y así fue como conocí a Atlantis. Su editor se prestó a leer mi manuscrito, y yo agradecido quedé a la espera. Pensé en tres, cuatro meses para recibir respuesta, o en no volver a saber nada de mi modesta obra. Sin embargo no pasaron más de quince días cuando recibí una carta en la que Atlantis se mostraba interesada en mi obra. A dicha carta le acompañaba una valoración de la obra, la cual me llenó de satisfacción: «Alguien se había molestado en leer mi manuscrito con criterio literario-profesional». A partir de este momento todo fue rápido, la primera edición, la presentación y mi paso por la Feria del Libro de Madrid. Otra cosa distinta son las ventas. Eso es harina de otro costal. Algunos autores que me han antecedido en este blog ya lo han apuntado: se lee poco, la gente no lee, solo lee aquellos libros que van acompañados de enormes campañas de publicidad y promoción, que por lo general suele coincidir con obra que difícilmente podrían catalogarse de obras literarias de nivel. Esa es otra guerra que hay que abordar con igual paciencia y tesón como cuando se buscaba editor: las ventas De lo que sí he desistido ha sido de buscar agente literario. Ahora pienso que quizá en algún momento alguno me busque a mí, y si no, seguiremos cada uno nuestro camino.
Así pues, Atlantis ha sido para mí un verdadero hallazgo. No hace mucho, su editor decía y con razón, que pese al tamaño pequeño de la editorial, en su catálogo hay autores y obras que nada tienen que envidiar a otros autores con mayor renombre de editoriales más grandes. Es cierto, solo nos diferencia el número de ejemplares vendidos. Pero eso no nos debe desanimar, por cuanto todos conocemos a un buen número de autores que están fuera de las listas de libros más vendidos, pero tienen lectores incondicionales, son autores de culto, y ahí están permanentemente presentes y con las mismas editoriales que no renuncian a ellos. No venden miles y miles de golpe, pero venden muchos pocos, que es, tal vez, algo que preferimos aquellos autores que intentamos encuadrarnos en la Literatura con mayúsculas. Y en esta batalla, en contra muchas veces de lo mediocre, hay editoriales como Atlantis que intentan –en la medida de sus posibilidades– ayudar a autores noveles con enorme proyección literaria.

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